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Sancet se resarce ante la Real Sociedad

En la pasión de los derbis, San Mamés volvió a ser clave para el Athletic, que se consolidó como amo y señor frente a la Real Sociedad. Con una mezcla de táctica y corazón, el equipo de Ernesto Valverde sumó tres puntos cruciales en su camino hacia la élite europea.

Sancet se resarce ante la Real Sociedad
Foto: Sancet

Control y precisión bilbaína

Desde el inicio, los rojiblancos hicieron gala de un juego más medido, alejado de la vorágine habitual, pero eficaz en la presión. La jugada clave llegó con una asistencia magistral de Nico Williams, quien demostró por qué es uno de los jugadores más destacados de la liga. Oihan Sancet, con su innato olfato goleador, encontró el gol que desataría la euforia en las gradas.

Por parte de la Real, el plan era claro: ralentizar el juego y minimizar las ocasiones, una estrategia que no fructificó. Los visitantes, superados en el mediocampo, no lograron inquietar la portería rival, mostrando una vez más la solidez defensiva de los bilbaínos.

En la segunda mitad, el Athletic mantuvo la compostura, gestionando el marcador sin renunciar a buscar ampliar su ventaja. A pesar de algunas aproximaciones de la Real, la defensa del Athletic, bien posicionada y concentrada, impidió cualquier sorpresa, asegurando así una victoria por la mínima, pero de gran valor moral y deportivo.

Este triunfo no solo suma puntos, sino que también fortalece el ánimo del equipo, que ve cada vez más cerca su objetivo de competir en Europa. En un derbi donde lo táctico primó sobre lo espectacular, el Athletic demostró que, en su estadio, pocos pueden hacerle sombra.